Contrarréplica al artículo CAFÉ y la bipolaridad política, de Haroldo Dilla Alfonso, publicado en CUBAENCUENTRO
Nueva York | 11/05/2012 10:24 am
,
Hay que reconocerle a Haroldo Dilla (HD), su creatividad. Es
heterodoxo no solo en el subjetivismo con que usa ciertos términos
(comensales que no comen; contribuyentes que no contribuyen), sino en su
lectura sobre CAFE y sobre los puntos de mi artículo.
Voy al grano.
1.
HD establece que estuvimos presentes en la reunión de la Sección de
Intereses de Washington el 28 de abril del 2012, en la cual los
emigrados se comunicaron con el Gobierno cubano en La Habana por Skype,
etc. Está nuevamente equivocado. En lo personal, no fui invitada a esa
reunión, en la cual ningún miembro de CAFE participó. Una semana antes
visitamos la Sección (el día 16 de abril), pero no en calidad de
invitados a ningún evento, sino porque nosotros solicitamos la reunión.
HD debería haber investigado mejor. Nos alegra, sin embargo, que incluya
el link
del blog de Ichikawa sobre una visita del 2011, pues satisface así la
curiosidad de los comentaristas que ávidamente se preguntan qué va a
decir un cubano en la Sección de Intereses.
2. No somos articulistas ni contribuyentes de Cubadebate, Prensa Latina, ni Granma. La entrevista a Eduardo Araújo que HD cita, fue publicada en el periódico español El Mundo, donde la autora (Wendy Guerra) publica semanalmente. Por alguna razón Cubadebate decidió incluirla en su página. Por otra parte, si HD coteja nuestro comunicado de prensa
con la noticia circulada en Cuba sobre CAFE, verá que fue “editada”,
eliminándose la parte donde exponemos nuestras demandas al Gobierno
cubano. Ningún miembro de CAFE ha enviado colaboración ni contribución
alguna a ninguno de los mencionados periódicos. Me reservo el derecho de
mencionar las abundantes publicaciones de Dilla en órganos afiliados al
Gobierno cubano. No acepto ni el ambiente macartista ni la visión
(bipolar) de percibir todo lo que se vincule al Gobierno cubano como
negativo (estructura mental que considero parte del problema).
3.
En ningún momento dije que HD pertenecía al Departamento Ideológico del
Comité Central. Citarme es la mejor forma de aclarar: “Va aún más lejos
al acusar a los miembros del grupo de trabajar para Cubadebate,
sitio del departamento ideológico del Comité Central del PCC, al cual
él sí perteneció.” Establezco que perteneció a al PCC, no al
Departamento Ideológico.
A HD le preocupa que la supuesta
“bipolaridad” que nos endilga nos haga terminar “remesando e invirtiendo
sin alterar los términos políticos gravosos que el Estado cubano
impone”. A nosotros nos preocupa que HD ignore que para la mayoría de
los cubanos que viven en EEUU es esencial mantener en vigor los viajes
familiares, como estrategia básica para no seguir contribuyendo a lo que
él mismo identifica como una “comunidad nacional dividida y
fragmentada”. De hecho CAFE, que tanto preocupa a HD, nació cuando un
grupo numeroso de cubano-americanos, reaccionaron con alarma ante el
intento de los congresistas Mario Díaz-Balart y David Rivera, y el
Senador Marco Rubio, de revertir la flexibilización de los viajes
familiares, lo cual contribuiría aún más a la separación de la familia
cubana.
HD piensa en términos de una “comunidad nacional dividida y
fragmentada por la propia acción del Estado (cubano), que ve a los
emigrados como negocio”. Nosotros pensamos en una comunidad
transnacional dividida por los dos Estados. ¿Quién es el bipolar aquí?
¿HD, que concentra todas las críticas en un solo lado; o CAFE, cuando
apuesta por una lectura más matizada? No creo que sea necesario vivir en
EEUU para darse cuenta de que existe aquí una cruenta industria que
lucra con una nación dividida. HD atribuye el afán de lucro solamente al
Gobierno cubano. El precio de los pasaportes y demás trámites
migratorios establecidos en Cuba es excesivo e injusto, y como tal, lo
denunciamos. Pero los cabildeos de la derecha cubano-americana
(corrupta, en no pocas ocasiones) en contra de los viajes y la familia
cubana, no los son menos. Esta dimensión es fundamental, al punto que HD
la reconoce, aunque le dedica menos tiempo que a defender a la
militante comunista Camila Vallejo.
No podemos ignorar el legado
histórico de estructuras de confrontación por ambas partes. CAFE sabe
también que hay asimetrías de poder entre Cuba y EEUU, por lo que
proponemos cuatro medidas que consideramos positivas para Cuba,
independiente de que el embargo norteamericano se mantenga o no. A la
vez, apoyamos un cronograma como el propuesto por el presidente James
Carter en la Habana en 2002: que EEUU, el país más poderoso, rompa el el
ciclo vicioso de confrontación eliminando completamente la prohibición
de viajar, adoptando los estándares internacionales de libertad de
movimiento. Cuba debería responder con una medida del mismo calibre.
Coincidimos
con HD en que conversar con el Gobierno cubano es difícil, pero una
actitud constructiva implica tomar ese reto. Hemos logrado una
conversación en la Sección de Intereses en Washington con civilidad. En
la reunión de Octubre del 2011 se nos dijo que apreciaban nuestras ideas
pero que no nos olvidáramos que la soberanía estaba en Cuba, no en la
emigración. Nuestra postura fue de rechazo a esa posición, insistiendo
en que la soberanía estaba en la nación, que incluía tanto al pueblo en
la Isla —que es la mayoría—, como a la emigración.
Otros puntos
presentados fueron el énfasis en un nacionalismo incluyente, en el que
no solo tenga cabida la ideología comunista, sino toda aquella que
mantenga como principio básico una adhesión a la soberanía de Cuba como
asunto no negociable (esos que nos llaman “plattistas”, debían ver
algunas de nuestras intervenciones
en la Sección de Intereses de Washington). Se planteó también la
pertinencia de que el Gobierno cubano emita disculpas oficiales a
personas que han sido victimizadas, tales como los homosexuales. Este
proceso debe acompañar los loables esfuerzos presentes por erradicar la
homofobia.
¿No sería este acaso el punto de partida para una
actitud de respeto a la diversidad de opiniones y el pluralismo, que
preocupa tanto a HD como a nosotros? Si la nueva izquierda “unipolar“ de
HD ha logrado algún diálogo productivo con la embajada cubana en Santo
Domingo, que nos informe. Hasta ahora lo único que ha hecho es
cuestionar desde el butacón los esfuerzos de los que han defendido los
viajes familiares, sin proponer —como él reconoce— ni estrategia, ni
mapa, ni ruta.
CAFE reivindica la pluralidad de voces en la
diáspora cubana sin abrogarse su representación. Como
cubano-norteamericanos partidarios de una política de acercamiento y
diálogo, abogamos por un reconocimiento de nuestra posición, pero no
reclamamos monopolio alguno. Si Haroldo Dilla u otros cubanos en
República Dominicana o Washington entablan otros diálogos con el
Gobierno y la sociedad cubanos, sobre otras bases, no nos opondremos a
los mismos. Por nuestra parte, seguiremos abogando por una agenda de
cambio específico de la política norteamericana hacia Cuba y de Cuba
hacia los cubanos que viven en la diáspora. Ese 60 % de la población
cubano-americana, para el cual perder la posibilidad de ver a sus
familiares en Cuba sí es parte del problema, no va a ser ignorado nunca
más. CAFE seguirá adelante, sin presunciones ni protagonismos, pero con
la certeza de que existe para ser parte de la solución.
CAFE en Washington
CAFE en Washington
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